Casualidad o no, estas sillas de cine casi siempre se asocian a villanos o personajes misteriosos, lo que demuestra el magnetismo que puede llegar a tener un buen asiento o trono. Aquí va un repaso a algunos ejemplos míticos.
Una de las grandes sagas es sin duda la de Star Wars. Su gran protagonista, Darth Vader, se sienta sobre una de las más futuristas e imponentes sillas de cine.
Para muchos, Vito Corleone, de la primera película de El Padrino, es tan carismático como Vader. Su silla, más retro pero igual de poderosa.
Pero si hablamos de sillas monstruosas, la de Frankenstein se lleva la palma. Aquí, su adaptación en The Munsters.
Sillas de cine, también en la pequeña pantalla
Las series también han aportado su grano de arena en el imaginario colectivo de las sillas míticas. Una de las más recientes y deseadas, el trono de hierro de Juego de Tronos.
En dibujos animados, probablemente la más enigmática ha sido siempre la del Dr. Claw de la serie Inspector Gadget. No existen réplicas, pero tú mismo puedes personalizar tu silla de oficina.
Aunque lo que de verdad querrán los verdaderos cinéfilos, será sentarse sobre la más universal de las sillas de cine: la del director.
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